En poco menos de un día un parque de cincuenta años se ha transformado en un barrizal desprovisto de cualquier tipo de vegetación. Las máquinas de una empresa maderera (aquí no hay replantación que valga) han efectuado una auténtica carnicería en medio de ruidos y humos... lo que ocurre aquí es un reflejo a pequeña escala de lo que ocurre en todo el planeta. El progreso es, en verdad, algo contradictorio.
Nosotros, al menos, guardamos un recuerdo.
Nosotros, al menos, guardamos un recuerdo.
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