Se trata, en otras palabras, de una reflexión sobre la soledad del ciudadano contemporáneo. Una soledad acentuada por la multitud que le rodea y con la que no tiene contacto ninguno.
El último trabajo de Luimmi es una especie de cuento sobre la vida del Madrid subterráneo. En él se muestran rostros de viajeros deformados, de apariencia borrosa y monstruosa. Revisando la obra uno tiene presente que en ciertas disposiciones urbanas está presente el sueño, lo telúrico, lo desrazonado. Debajo de nosotros hay un tejido de redes inconscientes. No puedo evitar comparar el trabajo con una especie de Divina comedia.
Puedes verlo en este enlace.
No hay comentarios:
Publicar un comentario