25 de octubre de 2012

El otro yo


La palabra es la inerte vasija que contiene la sangre del lector.

Las palabras de un novelista son como marionetas fabricadas por un lunático. El novelista juega con sus personajes, construye su pequeño teatro... y como él también es lector pues concede vida -derramando su sangre- a unos cuantos signos capaces de conmovernos en ocasiones -raras o no, eso ya es cosa de cada cual y de lo que lea-.

Pienso en las marionetas. Todos lo somos un poco.
Pienso en el fenomenal tinglado político-económico-social en el que estamos metidos.
También pienso en una verdad repetida cientos de veces, dicha por diferentes personas... al final acabará convertida en una soberana mentira.
Luego leo que una mentira repetida cientos de veces acaba convertida en verdad.
Julio César ahora hace propaganda para una compañía de seguros (publicidad).

Pienso asimismo en los carros de la compra rebosantes de fajos de billetes de quinientos euros incautados a las mafias asiáticas hace unos días en la Operación emperador. En los jueces, policías, médicos y profesores, en los guardianes de la Democracia y en los simpatizantes de órdenes o desórdenes de lo más pintoresco y variopinto que quepa concebir. En las personas con las que trato, más o menos, en Dante y las pirámides. Pienso en la tribu india del Amazonas que todavía no sabe que existe esta realidad despiadada y expansiva, generadora de basura de todos los tipos y de todos los colores.


También pienso en ti y entonces ya todo empieza a tener algún sentido.

13 de octubre de 2012

Hacía tiempo que no aportaba nada a esta olvidada y poco visitada sección. Dado que en un principio tuve a bien no titular las entradas, éstas pasan absolutamente desapercibidas al no figurar en los motores de búsqueda.

Pueden ser como un tesoro enterrado al que puedes acceder pulsando sobre la etiqueta "palabras". Gratis y sin publicidad añadida.

En esta ocasión el photoshop fue innecesario de todo punto y la revelación, absoluta.

Como de costumbre, la realidad supera a la ficción.

Mentira, vergüenza

Cierto es que las paredes se quejan, que la calle siempre es escenario de protesta pero creo que la indignación es cada vez mayor.

9 de octubre de 2012

Antical con cal



Y OTRA DE ARENA

Pasa Belinda, hija, mira cómo tengo la mampara, llena de cal

He escuchado esto tantas veces que sólo puedo pensar en mamparas y en el maravilloso poder antical del limpiador de turno.

De inmediato me he resuelto a escribir algo a modo de revulsivo contra esta sangrienta y despiadada invasión publicitaria.

De modo que aquí me tienen, una vez más.

Ah, V. perdone. Lamento haber interrumpido sus meditaciones.

8 de octubre de 2012

Control



Nuestro mundo civilizado es posible gracias a nuevas formas de colonialismo[1]. Dicho en otras palabras: podemos comprar álbumes de música en una tienda virtual y escucharlos en nuestro iPod mientras otras personas sólo aspiran a tener algo que comer esta misma noche. El mañana es algo todavía más incierto e inseguro. Puede que estas personas vivan en un mundo subdesarrollado pero la pobreza se extiende también a nuestro propio mundo. A lo largo de nuestra vida –¿nuestra?– nos vemos obligados a comerciar con nuestro tiempo –que es vida– si queremos comprar algún día canciones en una tienda virtual en vez de estar preocupados por qué cenar.
No sólo las desigualdades son terribles; la marea nos arrastra a todos independientemente de hacia dónde nademos. Esta marea a la que me refiero no son sino acontecimientos que no son generados por nosotros. Alguien nos incluye en ellos.

El mundo pertenece a los poderosos. Son ellos quienes generan los acontecimientos. Los estandartes de sus fortunas se alzan sobre una montaña de cadáveres y los ondean un montón de sicarios. Representan una minoría no obstante poseen las armas, el dinero o la información. Algunos son sobradamente conocidos y famosos mientras que otros son tan desconocidos como tú y como yo. Pero entre ellos y nosotros media una trinchera y un muro de hormigón forrado con alambres de espino. Son como dioses en la tierra y nosotros tenemos que cargar con las pesadas piedras que servirán para construir su monumental pirámide. Con un poco de suerte tendremos una tumba en los alrededores del panteón con preciosas vistas al mar.

Ellos determinan lo legal a través del gobierno, la verdad a través de los medios informativos, la redención a través de su Iglesia… ellos tejen la realidad en la que vives aunque puedas ser consciente de que instituye una ficción injustificada e injusta.


[1] Hace tiempo de esto ya; cuando Europa perdió su poder hegemónico en la Segunda Guerra Mundial, el viejo imperialismo europeo se sustituyó por el programa de desarrollo estadounidense basado en los conceptos de un trato justo y democrático. Fue una campaña política del presidente Truman. Sin embargo, aunque no faltaron buenas palabras, en realidad el viejo modelo de colonización acabaría, al fin, reformulado. El mismo perro pero con distinto collar.