11 de marzo de 2024

Sky Alcalá

 

El avión

Soñé anoche que nos encontrábamos en una suerte de viaje turístico por los campos de México, aunque la zona guardaba bastantes semejanzas con el sur de España y con los encinares que pueden visitarse en la Comunidad de Madrid. 

Realizábamos un tour en un viejo camión que atravesaba sinuosos caminos de tierra algo enfangados, franqueados por vallas de espinos. En los campos, celosamente vigilados, se cultivaban fresas. Tras la vuelta por los cultivos, frecuentamos una especie de taberna andaluza con paredes encaladas. 


Estaba con mi novia en el aeropuerto con intención de coger un avión. Una trabajadora joven del aeropuerto estaba reteniendo a algunos viajeros, también jóvenes, dado que estos no presentaban su documentación correctamente. Recuerdo que nosotros teníamos buen trato con la trabajadora, pero no fue suficiente para que no nos reclamara la documentación también, dándose el caso de que mi novia no llevaba consigo el DNI. Aquello me enojó bastante, pues era bastante obvia la obligación de acudir debidamente documentada al aeropuerto. Por suerte, pensamos en buscar los datos del DNI en el móvil, tarea que en un principio parecía complicada y que nos corría prisa, ya que no sabíamos cuándo iba a partir nuestro vuelo.

Finalmente, accedimos a la zona de embarque y busqué nuestro avión entre un sinfín de números de puertas. Unas mujeres de mantenimiento (también jóvenes) estaban limpiando un pasillo, de modo que mi novia y yo tuvimos que quedarnos quietos en un rincón donde el suelo no estaba húmedo. Todo parecía indicar que no perderíamos el avión, a pesar de la demora.

El resto del viaje del avión se enlaza con otro sueño de un viaje a EE.UU. o a Canadá, que no recuerdo con nitidez suficiente. Quizá tuvo lugar esa misma noche, aunque sospecho que fue anterior. De él rememoro fragmentos del interior del avión, espacioso y separado por cortinajes, con elementos de color amarillo o naranja. Resulta curioso que estos colores también estuvieran relacionados con al menos otro sueño de aviones y aeropuertos. 

El destino, EE.UU o Canadá, era muy verde y con canales llenos de agua. Estuve esperando a que me atendieran en una especie de restaurante, o lavandería. Me preocupaba que los precios y los bienes y servicios fueran muy distintos a mi lugar de origen. 

4 de marzo de 2024

Felipe y los caracoles

Soñé que asistía a una clase con el rey Felipe VI como compañero. Parecía que nuestra relación era buena, pero quedaba patente que perderíamos el contacto a causa de que a Felipe no le iban a dejar influenciarse por mis ideas poco monárquicas. No, definitivamente yo no era el colega adecuado para Felipe. Sentí un poco de decepción por perder un amigo, al tiempo que adivinaba todo aquel futuro con lógica y resignación.

En algún momento del sueño estuve conduciendo por unos parajes que eran una suerte entre Galicia y Granadilla (Cáceres). Se trataba de barrios residenciales en construcción, próximos a una costa rocosa. 

Un hombre vasco se quejaba de que la cosecha de caracoles de aquel año iba a ser mala, en parte debido a que habían plantado muchos pinos ecológicos en el monte y estos no daban suficientes piñas. Era como si se avecinara un futuro climático bastante grave y comprometido y nadie estuviera haciendo lo suficiente por evitarlo.Todo lo más, las medidas ecológicas adoptadas se revelaban como contraproducentes.

10 de febrero de 2024

Febrero


 

El chatarrero

 Anoche soñé que estaba haciendo limpieza en el sótano de mi antigua casa. Oía el aviso del chatarrero y salía a la calle en su busca, puesto que había algunos muebles que tenía que llevarse. El chatarrero había pasado de largo, pero me vio por el retrovisor y dio marcha atrás a su furgoneta. Bajamos al sótano y de allí sacamos una cama blanca que estaba desmontada, sin colchón. El chatarrero empezó a tocar un cable pelado para advertirme de que no había luz suficiente en el sótano. Si no había luz suficiente, el aire acondicionado no funcionaría, así que lo encendí para probarlo, descubriendo que funcionaba perfectamente. Dado que el aire acondicionado estaba operativo, el chatarrero me dijo que a él le parecería perfecto vivir en aquel sótano.

Había, además, algunos sofás apilados en el sótano, y yo pensé que quizás me pudieran servir para mi nueva casa, pues eran grandes, pero de un diseño no muy atractivo. Quise que el chatarrero se llevase dos de ellos, mas no sabía si mi padre los iba a querer.

 

Conduciendo, me metí por una rotonda en sentido contrario, de modo que tomé la primera salida y, gracias a que no había tráfico, pude dar la vuelta y encarar bien la rotonda. Cuando pasé la intersección, un coche de policía llegó a toda velocidad y colisionó conmigo frontalmente. Pensé que la policía había chocado conmigo por haber cogido anteriormente mal la rotonda, aunque esto era bastante poco probable. Todo apuntaba a que, en una persecución o algo así, la policía había cometido una imprudencia.

8 de enero de 2024

Esenciales

Paseaba por el centro de Madrid y, al final de la calle, atisbaba un edificio con banderas y camisetas de fútbol colgadas en los balcones. Pensaba que el fútbol era como una religión que arrastraba a la gente y que en cambio el arte era algo bastante más minoritario e impopular.

Unos hombres de raza negra empezaban a descolgar aquella ropa y paseaba por los aledaños de aquel gran edificio que parecía una nave industrial ocupada. El edificio no tenía cristales en las ventanas y algunos huecos habían sido tapados con bolsas de plástico negras. Al encontrar más inmigrantes y la zona un poco más degradada, decidí cambiar de ambiente, no fuera a ser peligroso.

En una de las partes del edificio había inmigrantes viejos reunidos, y esto me llevó a suponer que los inmigrantes tenían organizada un tipo de sociedad clandestina en aquel gueto.

 

Todavía deambulando por las calles, ya en busca del metro, encontré a varias personas vestidas de sanitarios, esto es, con un pijama verde, los guantes y las mascarillas. Por lo visto ahora permitían a los sanitarios ir con su uniforme de trabajo por la calle, un derecho que les había costado mucho conseguir.

Un enfermero joven estaba buscando su puesto de trabajo en el hospital, para lo cual le habían indicado un número al que tenía que dirigirse. Sopesaba ayudarle, pero me daba cuenta de que el número que tenía apuntado podría no coincidir con los números verdaderos de los portales. Era muy posible, en suma, que el sanitario tuviera que ir al asentamiento de los inmigrantes.

Reflexioné sobre la labor de los sanitarios, siempre en los peores lugares.

- Ahora somos esenciales – me dijo el sanitario novato, refiriéndose a la pandemia. Yo le dije que eso no había cambiado, que siempre habían sido esenciales.

3 de enero de 2024

El abrigo de pelos

Tenía un abrigo negro de plumas y trataba de limpiarlo. Entre sus pliegues había pelos que se me habían caído. Me sorprendía encontrar tantos, había verdaderas matas que se enredaban por doquier. Hallé incluso pelos largos de cuando estudiaba en la universidad y llevaba el pelo de esa manera.

Mis padres me decían que tendría que quedarme hasta por la noche a arreglar aquel desaguisado, pues los pelos también se habían caído por los suelos de mi antigua casa y era difícil barrerlos sin dejar rastro. Argumentaba que había pasado mucho tiempo despeluchando el abrigo, que continuaría al día siguiente, puesto que por la noche quería disponer de algo de tiempo libre. 
Al final, accedí a pasar la noche restaurando el abrigo, pero entonces mis padres cambiaron de opinión y me aconsejaron que fuera a descansar.

Mi madre me decía que, de pequeño, siempre había buscado el cobijo y la sombra de las casas. Reflexioné sobre ello y me di cuenta de que, sobre todo en verano, sí era cierto que tendía a refugiarme en los espacios cerrados, más frescos y sombríos, como la antigua casa de mis primos.

18 de diciembre de 2023

La cancha de tenis

Anoche soñé que jugaba una partida de tenis con mi padre. Pensaba que mi padre ya estaba mayor (en el sueño, cerca de ochenta años; en la vida real, cerca de setenta) y que sería fácil batirlo, cosa que no ha sido lo habitual. Lanzábamos la bola de saque, junto con unas cuantas bolas, y me daba cuenta de que no conseguía dar bien a ninguna. Barajaba que estuviera desentrenado.

Antes de eso, había visto un partido de tenis sobre pista azul de cemento. Era disputado por unos jugadores muy corpulentos. Pensaba que su tamaño les daría ventaja en los saques, pero era posible que no fueran muy ágiles. Llegaban a hacer una exhibición de dobles en la cual saltaban la red e intentaban meter la bola en una portería que se encontraba detrás de la cancha, como si fuera un partido de balonmano.

Mi padre advirtió que la red de la cancha no estaba colocada de manera correcta. Estaba demasiado alta, casi como una red de voleibol, a parte de estar doblada sobre sí misma. Parece ser que el resto de los usuarios de la cancha no la colocaban bien.
En un cuadro de texto, había algunos países inscritos y, en las casillas, ponía a causa de qué países las respectivas naciones no habían alcanzado el primer puesto. Gracias a España junto con otros países, por ejemplo, dos países no habían conseguido ganar el primer puesto.
En un escaparate, veíamos una televisión y en ella aparecía la administradora de una finca, que se quejaba de aquella tabla y con la que manteníamos una pequeña discusión. Mi padre le decía que no tenía motivo por el que quejarse pues en su edificio de oficinas, su administración había estado compitiendo con otras administraciones y aquello no era legal puesto que su actividad era de gestión, no comercial.

12 de diciembre de 2023

Los tres "must" de un single

Paralelamente a la labor de grabar músicas -la parte más divertida e importante de mi actividad artística- desarrollo un miserable rol de productor en el que debo, en el transcurso de un año, decidir qué temas recopilaré en una única colección absoluta, última y definitiva. La colección que me llevará a ser recordado por siglos venideros, hasta prácticamente la extinción de la humanidad.

La regla hasta el momento consiste en escoger un tema por álbum, razón que presenta sus desventajas pues, en ese tramo, puede que ningún tema merezca la pena, mientras que en otro álbum pueden designarse hasta dos o tres singles. No diré cuatro o cinco pues ya dos o tres, a fin de entendernos, me parece exagerar.

Como parche a los criterios de selección, desde hace algún tiempo, cada anuario va acompañado de la publicación de una decena de temas de respaldo, o caras B, en las cuales soy un poco más permisivo con propuestas algo más arriesgadas y menos, por así decir, redondas.

Un dato: los singles hasta el año 2022 representan cerca de un 9% del total de la producción. Esto significa que uno de cada diez temas se coloca todos los años en un pedestal. Pedestal que a veces tiene que ser retirado, puesto que el tiempo, con justicia inapelable, acaba destronando muchos cortes.

Algo que me lleva frecuentemente a tomar decisiones precipitadas para las inclusiones en el anuario, entre muchos otros factores, es el denominado efecto último tema, regla según la cual algunas de las últimas publicaciones destacan inmerecidamente sobre las anteriores, solo por el hecho de ser más nuevas.

Tradicionalmente el criterio de terceros -crítica, público- me ha llevado a realizar buenas elecciones. También malas. El problema del criterio del público es que, dado el poco tráfico de escuchas que recibo, no extraigo constantes reveladoras de las estadísticas. En cuanto al criterio de la crítica… lo empleo más como una opinión secundaria, supeditada a la mía. La experiencia me dicta que la crítica y el público se suelen equivocar tantas veces como yo me equivoco. Otras veces me revelan verdades que no estoy preparado para aceptar.

Otro criterio que me ha parecido interesante a la hora de destacar cortes es su inclusión en medios audiovisuales, pero esto vendría a ser otro criterio del público pues, aunque haya excepciones, en general los video creadores se guían más por el hecho de que un tema musical les caiga en gracia que por el hecho de que sea funcional, además de que la facilidad de acceso al tema condiciona su elección.

Constantemente repaso álbumes uno por uno, en busca del mejor corte posible, y al final, he de reconocerlo, la decisión última está basada en razones abstractas, anímicas y no muy imparciales.

No obstante, he querido desglosar una guía que me auxilie en esta labor y quizá, de paso, ayude a alguien que se vea en similar tesitura, encontrando tres criterios que, lejos de ser los únicos, son relevantes para adivinar si un tema musical es destacado o anecdótico:

1.     Consistencia: Me refiero a que un tema, en cuestiones mayormente formales, sea sólido y convincente. Que no se deshaga ni se derrumbe mientras suena.

Si fuera un busto de alguien importante, el busto debería representar bien el modelo y, en definitiva, estar bien ejecutado, con un empleo adecuado de las técnicas, los materiales y una visión acertada de los volúmenes, la anatomía y el espacio.

El corte musical ha de estar en un tono adecuado y ajustarse al contexto en el que se desarrolla; si es un tema de terror, por ejemplo, debe ser terrorífico; si es una balada, debe ser conmovedora y si es un blues, pues debe obedecer a sus patrones y no sonar a reguetón, por poner.

En otros términos, afirmaría que es un tema que “suena bien”, bien porque sus directrices composicionales (el empleo de la armonía, ritmo y melodía) sean claras, acertadas y logren servir a su destino; bien porque el sonido, en términos estructurales, sea adecuado (volúmenes, timbres, dinámicas, captura, mezcla etc.).

2.     Originalidad: Siguiendo única y exclusivamente ese primer criterio, como es de verse, escogeríamos temas muy bien compuestos o grabados que sin embargo podrían tener poco o nada que aportar en un plano menos formal y más eidético. Más mágico.

Recurriendo de nuevo al paradigma del busto de alguien importante, ahora lo que tocaría sopesar es que ese busto fuera único y distinto, especial, esto es, que tuviera algún atractivo fuera de ser la mera y obvia representación de una persona importante.

Es un tema musical en el que diría, en términos flamencos: “tiene duende”. Es único, original, personal, distintivo… representa una suma dentro del repertorio, o sale bien parado comparado con otras músicas de otros autores.

Se aprecia que este criterio es más subjetivo que el primero, pero una buena valoración de este parcial puede ser más importante si cabe.

Desarrollo: Aquí atenderíamos a aspectos narrativos y globales del tema.

Vendría a significar considerar el tema como una secuencia en la que, desde el principio hasta el final, ha provocado algún efecto en nosotros. Entrarían en juego pues, tintes más subjetivos todavía que en el segundo criterio y cabrían valores puramente emocionales o inconscientes.

Sería, de alguna forma, como estimar si un relato está bien narrado; si es interesante, si es conmovedor, entretenido o si ha merecido la pena escucharlo. Si ha progresado o transcurrido de manera satisfactoria.

Un balance de estos tres puntos habría de ofrecernos una buena pauta para cazar singles.

 

Finalmente, de forma ocasional, los cortes del anuario influyen unos sobre otros.

Suelo preferir antes un anuario variado que otro con temas mejores, pero muy parecidos. Y esto último ya sí que entra dentro de una preferencia estrictamente personal.