24 de agosto de 2012

1932


Para Antonie Roquentin, uno de los personajes de Sartre, el hombre es un narrador vocacional de historias, vive rodeado de historias propias o ajenas y ve a través de ellas todo cuanto sucede. De ahí que en ocasiones el hombre pretenda vivir su vida como si la estuviera contando pero llegado este punto debe escoger: o vivir o contar. Roquentin echaba en falta en su vida el tiempo narrado, la ordenación literaria donde cada detalle posee una viveza inolvidable e imperecedera y un sentido concreto en el desarrollo de la trama.

En literatura cada cosa significa algo, los acontecimientos se suceden y todo, de alguna forma, merece la pena. Pero quien vive sólo obtiene panorámica una vez el presente es un recuerdo. Su existencia, en todo caso, carece de sentido último. Y sólo al narrarlo se convertirá en algo distinto a lo que ese tiempo fue en realidad. El presente blando descrito por Roquentin a la sazón era poco más que una monotonía irreflexiva sin detalles que recordar ni conclusiones a las que llegar. El cogito cartesiano no le pareció buena solución. Cuando Roquentin reflexionaba sobre sus aventuras se convencía de que éstas nunca existieron. Pese a todo, no podía evitar sobrecogerse inexplicablemente y esperar a que algo ocurriera. Y, como era de esperar, a Roquentin no le sucederían grandes cosas.
Esto es porque Antonie Roquentin era, pero no existía. La existencia sartreana tiene un punto absurdo y desconcertante. A cada rato uno se topa con cosas que existen pero que no puede explicar. Mientras el ser es fácilmente justificable la existencia es del todo gratuita.

Así, decimos que una raíz es negra ¿pero cuánto de negra? Sabemos para qué sirven las raíces pero… ¿nos ayuda eso a comprender la existencia de esa raíz? ¿Se puede explicar la existencia de esta raíz en cuestiones de necesidad? ¿Comprendemos su pasado?...
Existir es estar ahí, simplemente; los existentes aparecen, se dejan encontrar pero nunca es posible deducirlos. Todo lo que existe nace sin razón, se prolonga por debilidad y muere por casualidad.

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