Hay cosas que no se pueden comprar, para todo lo demás...
La publicidad puede ser, en ocasiones, una canción facilona, repetitiva y absurda que se va instalando en tu pensamiento hasta nublarlo por completo y perseguir la ficción productiva, la especulación urbana. Si consumo, soy feliz pero, al final, la felicidad proporcionada por el consumismo es como la felicidad proporcionada por el tabaquismo. El tabaco te procura una satisfacción a cambio de un terrible sacrificio:
Vivir sin tabaco el resto de los minutos que no lo tienes con ansiedad, nerviosismo y "mono", deseando encenderte otro cigarrillo lo antes posible.
Lo que implica el consumo es ser feliz sólo consumiendo, produciendo y generando basura insostenible. No está mal que a uno le recuerden asuntos similares mientras camina a algún lugar previsto de antemano apercibiéndose de que se encuentra al otro lado, en la otra acera donde debe acatar la verdad normativa, la conducta del ciudadano tipo. Este ciudadano trabaja la mayor parte de su tiempo y consume y duerme durante el tiempo restante. Contribuye a que la rueda de ilusión y engaño no deje de girar, cegado por la información de los mass media, acribillado de publicidad...
Ya saben nuestro consejo:
Huyan de aquí lo antes posible
Para todo lo demás...
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