Me gustaría disponer de una palabra, un mantra, en fin, una construcción silábica que repitiéndola una y
otra vez me sanase y me reportara beneficio espiritual. Por alguna razón siento
que esa palabra debe ser parecida a un pronombre personal. Igual recitar la
lista de los pronombres personales puede desembocar en una experiencia mística.
Yo, tú, él…
Pero si esto resulta hasta cierto punto ridículo podemos
recurrir a grandes éxitos del ayer y hoy como, por ejemplo: Gate Gate Paragate Parasangate Bodhi Svaha, o Señor
ten piedad. Contar hasta diez algunos lo señalan como apropiado y hasta los
insultos también provocan hondas sensaciones.
La palabra podría ser también un balbuceo, un sonido, un
gesto...
Casi alcanzo a escribirla, a pronunciarla…
Pero no es necesario nombrar lo innombrable, basta con
confiar que está ahí.
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