16 de marzo de 2011

Magalli Salazar

Para la autora, el arte, al adentrarse en terreno público, permanece en estrecha relación con la vida cotidiana. Dicho arte posee connotaciones lúdicas y se opone al tradicional ilusionismo donde conceptos como participación o interactividad son clave. También el arte sirve para liberar al individuo de las imposiciones propias del entorno urbano. Enunciado por la propia autora:

“En el arte siempre existe un juego que revierte el fenómeno de las apariencias, lo que provoca un encuentro con lo real, se trata de revelar o transformar la realidad aparente y provocar con ello una dinámica de reflexiones en torno a nuestro espacio físico y emocional”.

En Auriga, se invitaba al ciudadano a dar un paseo en un carro por uno de los parques de una ciudad de México. A cambio, los participantes debían seguir las instrucciones de un manual con el que elaborarían un particular atuendo. El auriga, el viaje, la acción, se presentan en esta obra como una metáfora de construcción personal. Paralelo a todo ello, la autora elabora un discurso sobre el cuerpo, el cual existe entre la unión de lo imaginario y lo físico. El cuerpo, en el espacio urbano –según destaca Magalli Salazar– está sometido a modelos que refuerzan lo cotidiano por los cauces de la normatividad y la productividad. El cuerpo es vigilado, controlado, observado y sometido, frente a lo cual se establece la práctica artística, que en un tránsito lúdico cambia las reglas de la realidad.
















En Ambulantes, los participantes, mediante el tránsito y la ocupación del espacio público, reivindicaban la recuperación de un espacio cuya reestructuración arquitectónica está imposibilitando la convivencia.















En Terapia física, la autora emplea la reflexología, una terapia de contacto físico a cambio de información sobre la vida privada de los participantes. De corte similar es la obra Cultora de ideas, en donde Magalli lavaba el cabello de los visitantes a cambio de su propio cabello, con el que escribiría las ideas de lo que para los participantes significaba algo bello. 

Finalmente, reseñamos esta obra: Sueño de una tarde sabatina en Chapultepec, en el que los artistas involucraron en sus prácticas lúdicas a los ciudadanos. Destaca la actividad de Magalli conectada permanentemente con el ciudadano anónimo y en estrecha colaboración con la comunidad artística.

Puedes consultar más detalles o más obras de la artista en la siguiente dirección: 

1 comentario:

Ainiktés dijo...

Por descontado, al igual que hemos hecho siempre en el caso de artistas que han pasado por aquí, hemos avisado a Magalli de la existencia de esta divulgación.