Soñé que llegaba con mi novia a un hotel de la sierra. No
había camas disponibles y nos avisaban que, si queríamos pernoctar, habríamos
de dormir en una cama ubicada en un recibidor. Al día siguiente, realizábamos
una excursión por un pueblo lleno de cuestas bastante inclinadas.
Mi padre y yo bajábamos a la piscina del hotel y esta se
empezaba a vaciar de gente. Me encontraba a gusto en el agua, recuerdo que, a
escasos metros, en la playa, había columpios acuáticos.
Un amigo mío cuyo móvil ha desaparecido volvía a estar en línea. Le pedía una canción que andaba buscando y me la envió junto con algunos escritos ciertamente extraños.
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