«En cuanto a sus obras, no le reportaron prácticamente nada. De todos
modos, no le parecía conveniente hacer de la literatura una profesión.
Según sus propias palabras: "Un caballero no intenta darse a conocer, lo
deja para los egoístas arribistas y mezquinos". Claro, quizá sea
difícil apreciar la sinceridad de esta declaración; puede parecernos
producto de un enorme tejido de inhibiciones, pero al mismo tiempo hay
que considerarla como la aplicación estricta de un código de conducta
caduco al que Lovecraft se aferraba con todas sus fuerzas. Siempre quiso
verse como un gentilhombre de provincias, que cultiva la literatura
como una de las bellas artes, para su propio deleite y el de algunos
amigos, sin preocuparse por los gustos del gran público, los temas de
moda o cualquier otra cosa por el estilo. Un personaje semejante ya no
tiene cabida en nuestras sociedades […]. En una época de mercantilismo
enloquecido, es reconfortante encontrar a alguien que se niega con tal
obstinación a “venderse”.» Houellebecq y 2006, p.86-87.
Encontré esto referido a Lovecraft y también lo puedo aplicar a Orquesta Arrecife. Poco rédito económico, poca voluntad de seguir tendencias y códico caduco.
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