28 de julio de 2018

El cadáver exquisito (Desarrollo)


Si ya leíste la introducción a este artículo, o si la has pasado por alto, aquí, de cualquier forma, desenlazaré el nudo de esta cuestión. 

Siguiendo los párrafos de La Biblia de la Orquesta Arrecife, señalé la obra Hospital + Vuelo sin motor como un claro precedente (no el primero, pero sí el más famoso) de lo que denominé la tónica del cadáver exquisito. Esta consistiría en el ensamble de piezas diferentes dentro de una misma composición, tónica que, tal y como advierto en La Biblia, ha sido uno de los aspectos más criticados a lo largo de mi carrera, frecuente motivo de apasionados debates y discusiones. Posteriormente, estableciendo una analogía sobre un proverbio islandés, compuse la máxima siguiente: si no te gusta un tema de la Orquesta Arrecife, aguarda un minuto. Esta sentencia tiene su contrapartida pues, si te gusta, también tendrás que aguardar al minuto de rigor. 

Luimmi fue de las primeras voces en erigirse contra esta deliberada falta de coherencia y cohesión, proponiendo, entre otras opciones, la solución de hacer temas más extensos para que el oyente pudiera situarse en los diferentes movimientos de la trama, sin grandes sorpresas ni sobresaltos. No encontraba sentido a cambios tan drásticos en un espacio tan breve de tiempo. La cosa no trascendió demasiado hasta llegado abril del 2018, cuando la publicación del álbum The red phone no fue admitida en los programas comerciales de Jamendo. Porque una cosa es que hubiera gente que no comprendiera el cadáver y otra muy distinta que fuera vetado por los portales de música, haciendo imposible su rédito económico. Parafraseando una futura actualización de La Biblia

Melissa Grozinger, la portavoz de la compañía, alabó las grandes ideas y abundante imaginación del trabajo, no obstante, debido a que sus temas aglutinaban demasiados estilos, consideraba el álbum desordenado y con escaso potencial comercial”.

Argumenté, siempre de puertas adentro, con la máxima discreción y posible respeto, que nuestra forma de disfrutar el arte ha cambiado bastante respecto a formatos del pasado. Antes lo habitual era escuchar sinfonías u óperas de larga duración, no haciendo otra cosa mientras. Pero ahora todos sabemos que nadamos en un mar de sobreabundante información donde, mientras muchos asuntos nos ocupan, consultamos un amplísimo catálogo de obras diversas y desordenadas, tendiendo a hacer una especie de zapping irreflexivo. Todo ocurre más deprisa y de manera menos lineal, por decirlo así. A esto se le puede hacer frente de muchas formas y debo dejar claro que, trasladando simplemente este planteamiento a los esquemas compositivos, no ha de albergar forzosamente un carácter de renuncia o crítica a los tiempos actuales. 

La próxima actualización de La Biblia también cuenta con una pequeña reseña de precedentes bastante comunes en la práctica musical: Jazz fusión, crossover, psicodelia… manifestando que, en cualquier caso, no soy yo quien ha descubierto la pólvora precisamente. 

A lo largo y ancho de la historia de la música se han difuminado fronteras que se creían perennes y en un mundo cada vez más global y conectado, es usual que las nuevas propuestas se resistan a tener una única y rígida etiqueta”.

El propio Carlos Mínguez, pese a que inicialmente se mostró contrario a la censura de Jamendo, puso de manifiesto su disconformidad por los cauces cada vez más acentuados que estaba adquiriendo el cadáver.

“Supongo que este es tu sello. Me gustaba el comienzo, pero luego he despertado de esta maravilla para escuchar algo simplemente interesante. No digo que sea malo, pero hay un corte que me desagrada. Son como dos temas pegados”. 

Blissenobiarella secundó la crítica al punto. Quizás se diese la posibilidad de que, con dos partes diferenciadas, el rango de gustos fuera más amplio, pero, a su parecer, este café para todos, acababa convertido en un café para nadie
Los esquemas planteados por el cadáver exquisito, al margen de especulaciones, obligaron a los video creadores a reconstruir muchas de las obras elegidas, centrándose solo en una de las partes para no perder coherencia. Sobre este punto resulta paradigmático el caso de El patio, a todas luces el tema más rentable de la orquesta, señalado por su autor como un claro exponente del cadáver. 

“El patio cuenta con dos segmentos que tienen muy poco que ver. Es incomprensible que The red phone no entrara en los programas comerciales y El patio estableciera records de aceptación”.

En su último alegato, El autor de el viaje de Antonio reflexionaba sobre las críticas, y trataba de definirlo de la forma más clara posible:

“Cuando la gente escucha algún tema argumenta: está bien, pero mejor estaría si este tema fuera dos o tres, con sus partes separadas. El oyente escucha algo de forma pasiva y le agrada encontrarse con algo perfectamente definido, enmarcado y delimitado, que cumpla sus expectativas. Lo que aquí se plantea es algo así como un estímulo permanente, una escucha más dinámica y activa. ¿Por qué renunciar a decir una sola cosa pudiendo decir muchas más? Soy consciente de lo incómodo que resulta abandonar la zona de confort, desdibujar una atmósfera costosamente creada. Resulta bastante posible que me esté equivocando al defender este modelo, pero siempre será mejor hacer un tema original, único y distintivo, que un tema similar a tantos, que no aporte demasiada reflexión ni sorpresa. Puede resultar cacofónico y falto de sentido para la mayoría de la gente, no hay duda.
El artista que quiera encuadrarse dentro de algún género que actualmente sea tendencia con el fin de volverse popular, quizás a corto plazo obtenga más escuchas con esta práctica. Pero las tendencias son algo bastante movedizo y si se limita a hacer sucedáneos de los temas de moda, al final no van a aportar nada pues muchos grandes hitos lo son por haber implicado una revolución de las formas, por haber aportado algo distinto a lo anteriormente escuchado”.

No hay comentarios: