Habíamos visto Timofónica vomistar, Teleafónica... pero no Tefornica, sin duda, bastante explícito. Pero lo realmente inquietante es lo siguiente: una pareja descubrió la cara de Jesucristo (o, cuanto menos, una cara) en un ticket de la compra. Quizá si el descubridor hubiera sido un fanático de los extraterrestres la cara sería de un marciano y, si hubiera sido un fanático del ciclismo, pues la cara sería de Perico Delgado.
La moraleja es que cada uno se aproxima misteriosamente a aquello en lo que cree, viendo el mundo a través de su tamiz particular y desechando, a menudo, otras visiones. Si uno piensa que Telefónica en realidad le perjudica pues terminará por reproducirlo de una forma u otra y lo mejor de todo es que, por unos momentos, nos sumergiremos en su particular representación del mundo. Por unos momentos hemos visto también a Jesucristo en el supermercado, junto a los yogures de oferta. No es tan extraño, porque aseguran quienes creen en él que está en todos los lados.
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