Estas son obras del británico Louis William Wain (1860-1969).
Ya de joven, Wain se especializó en dibujar todo tipo de animales y escenas campestres. Durante la convalecencia de su esposa, Waine empezó a dibujar al gato de la pareja, lo cual daría paso a una serie de ilustraciones de gatos animados. Llegó a ilustrar muchos cuentos de niños, periódicos, revistas y postales que hoy en día son muy valoradas por los coleccionistas.
A menudo se trataban de parodias del comportamiento humano, satirizando modas y costumbres de la época. A pesar de alcanzar cierta fama, Wain no era un buen negociante y según parece no se puede decir que disfrutara de una vida muy desahogada. Con el tiempo, su fama empezó a disolverse y a tener problemas económicos, familiares y de salud mental. Acabaría internado en un centro de salud, donde continuó pintando gatos.
La evolución de la obra desde sus primeras ilustraciones hasta sus cuadros con un alto grado de abstracción ha sido objeto de estudio de médicos psiquiatras y muchos encuentran en las últimas creaciones elementos lisérgicos de gran atractivo visual. Destaca la habilidad última desarrollada por Wain de ser capaz de encontrar en las formas abstractas sentidos reconocibles.
Hemos de advertir que algunas biografías de este autor que circulan por la red son un poco sensacionalistas y ahondan en la enfermedad de Wain edificando teorías disparatadas o ponen de relieve otros detalles mórbidos de su vida con el único fin de crear un personaje estrambótico y atormentado tipo el van Gogh comercial que todos conocemos. Por suerte, hay cierta literatura sobre su vida y obra que puede ayudarnos de verdad si queremos acercarnos a la vida de este artista.
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