Cuando el protagonista de esta modesta historia era pequeño
soñaba con ser pianista. Cuando tuvo dinero para comprarse un piano no dispuso
de tiempo suficiente para aprender a tocarlo. Cuando tuvo el piano y tiempo de
aprender, padeció Alzheimer. Después de esto, abandonó el mundo tal y como
vino: con las manos vacías.
Hoy, es claro, nadie recuerda a este hombre como un gran
pianista. No es que no se le recuerde porque no llegara a ser un gran pianista
sino que, encerrado en esta historia que es su vida como personaje, se tiende a
recordar, en cualquier caso, su historia. Y esta historia que tildé de modesta,
amigos míos, será olvidada pese a que usted la recuerde apenas cierre el libro.
Pocas tribus del Amazonas, de otro lado, han tenido la
oportunidad de recordar a Dante. Y no creo que estén faltos de cultura. La
realidad de un indio del Amazonas se le presenta de forma tan nítida como a
nosotros la nuestra. En muchos casos ambas realidades tienen poco o nada que ver.
En otros casos las realidades son una y la misma.
Este hombre -protagonista de esta historia y eterno olvidado-
tuvo un sueño en el que era pianista igual que un indio de la tribu de los Uaiás
soñó alguna vez con escuchar la voz de Arasy, madre
del cielo. Y toda vez que soñaba, de tanto que debió soñar, se convertía
a cada rato en un pianista distinto. Un pianista, al cabo y seguro que en alguna
ocasión el mejor que nunca se haya recordado y se recordará jamás. Hasta en lo
más profundo y oscuro del Amazonas debió ser conocido. Él, en cierta manera, interpretó
todas las piezas del mundo. Solo o acompañado de los mejores músicos. En el Royal Albert Hall o en el salón de su
casa. Eso, sin saber nada sobre música, sin necesidad de una sola hora de
ensayo… en el sueño de nuestro protagonista él era capaz de ejecutar la música
más bella.
Tuvo un piano y también Alzheimer. Jamás supo tocar el
piano. Olvidó todo lo que aprendió. Marchó igual que vino.
Pero tuvo un sueño. No es que los sueños no suelan hacerse realidad; los sueños siempre son parte de la realidad.
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