Las Variaciones Goldberg, BWV 988 ya no son lo que eran. Han perdido bastante de su espíritu original. Ahora puede decirse que casi están a la altura del spot de las muñecas de Famosa.
Ya no se hace barroco como el de antes, Bach se ha vuelto muy comercial y previsible. Nosotros le seguíamos cuando el Meine Seel erhebt den Herren, BWV 10, pero desde el Freue dich, erlöste Schar, BWV 30, bajó la calidad. Por no hablar del Schwingt freudig euch empor, BWV 36, completamente sobrevalorado.
Y para colmo han intentado vendernos a su esposa, Ana Magdalena, intentando aprovechar el tirón mediático. Los solos de los motetes han perdido frescura y el contrapunto ya no tiene ese carácter de antaño, se ha rendido a la radiofórmula. Todo esto, descontando sus sonados plagios en sus obras litúrgicas en latín. No nos extrañaría que Bach acabase en los tribunales, demandado por alguna Sociedad de Autores.
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