22 de abril de 2020

Coches rojos

Me asomaba por la ventana y veía que una grúa traía en frente de casa de mis vecinos un coche rojo con algunas lunas rotas y al que le faltaba una puerta. No tardó otra grúa en, un poco calle abajo, dejar otro coche rojo de similares características aparcado.

Era extraño, pues no sabía si los vehículos habían sido vandalizados o habían sufrido un accidente. Los vecinos aparcaban el coche en el interior del garaje y al punto llegaban varios vecinos en sus coches, venían de una reunión o algo así. También traían coches rojos. Se internaban en sus casas.

Salía a la entrada de mi casa y veía un cartel en la puerta del vecino en el que anunciaba que su casa acogía a huéspedes que quisieran alojarse por Airbnb. Cuando la puerta se abrió, quise cotillear un poco el recibidor y logré ver una especie de paragüero con un cartel de prohibido fumar.

Habían dejado salir a los niños a la calle para aliviarles de la cuarentena y observé que cuatro iban paseando, uno de ellos era un bebé en un carrito. Me pareció mal que no fueran acompañados de ningún adulto.

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