31 de diciembre de 2015
2015 - 2016
30 de diciembre de 2015
2015?
Suburbio (SoundClick)
1999 (SoundClick)
Cuarto menguante (SoundClick)
Las mil y una noches (Soundcloud)
29 de diciembre de 2015
24 de diciembre de 2015
Balance general
18 de diciembre de 2015
Reseñas Yaiza
Ott Lukk I felt like I was in an orchestra hall. Very mellow, almost classical in places, and enjoyable throughout. Nicely done! Ott
Antes y ahora
Así que aunque parezca que le quito la razón al hombre aquel, en el momento de leer la entrevista no pude evitar cierta sensación de querer sumarme a sus quejas y defender un mundo mucho menos libre. Hace no tanto me escribieron unos administradores de fincas pidiéndome música gratis para sus vídeos promocionales. Pensé en responderles pidiendo alojamiento en alguna de sus fincas, por supuesto que gratis. La música debería ser gratis, como el agua, como la comida... todo debería ser gratis en un mundo sin dinero. Pero en este mundo todo cuesta dinero, menos la música, porque un chaval de 16 años puede hacerla en su casa sin ningún coste ¿no?
Poco a poco vamos desterrando la idea absurda de pagar por escuchar música, algo que reconozco es justo pero convierte la profesión del músico en un utópico voluntariado.
12 de diciembre de 2015
11 de diciembre de 2015
Andrómeda y Utopía en Soundcloud
En el caso de Utopía las escuchas totales son 634. Más del doble que Andrómeda y eso que el álbum es más reciente. Aquí el Top4:
1. Gilipollas excelente ..... 294
2. Pretty carro .................. 143
3. Abismo .......................... 52
4. El noveno planeta .......... 42
8 de diciembre de 2015
Sintagma
3 de diciembre de 2015
El museo
Recibí un tuit de un conocido diciendo que estaba orgulloso de escuchar mi música en la exposición de un museo. Al instante, ojeé un catálogo antiguo con algunas pinturas que no me gustaron demasiado. Según parece, me atribuían la autoría de las mismas.
Decidí visitar el
museo, a fin de ver la exposición, y lo hice en compañía de una amiga. Escogí
un día que no hubiera mucho público y pensaba, en suma, en ir de incógnito. Nos
colamos por una puerta, subimos gracias a un ascensor, y en la primera planta pudimos
ver algunos cuadros. Al poco rato se personó el comisario. Argumentamos que ya
nos íbamos del museo.
En la calle había
un piano y mi amiga y yo nos pusimos a tocar. El piano se plegaba y tenía un
registro donde abundaban los graves, las teclas negras estaban a la misma
altura que las blancas. Un mendigo que estaba sentado cerca intervenía de vez
en cuando.
De vuelta a casa, contesté el tuit del conocido, señalando que aquellas pinturas no las había ejecutado yo, entonces los del museo me respondieron que, al no conocer el autor, podrían atribuírmelas y de este modo ganaría dinero con los derechos. Quedé pensando para qué había ido al museo de incógnito si todo, finalmente, se había solucionado de forma telemática.