Soñé anoche que estaba en Madrid, cerca de la torre Picasso. A lo lejos veía un grupo de cazas que en un principio pensé eran amigos, pero pronto una batería antiaérea los derribó. Parecía que nuestro país estaba en guerra y esto era realmente preocupante.
Corría a guarecerme a una plaza - garaje que tenía alquilada. Allí podría pasar al baño, pues tenía ganas. Cuando me quise dar cuenta, tenía los pies metidos en agua y es que el suelo de la plaza estaba inundado porque el inquilino había obstruido el desagüe. El inquilino se quejó y me dijo que no me preocupara. Se puso a retirar sedimentos del desagüe y consiguió que el agua fluyera lentamente.
Esta plaza que también era un garaje junto con una pequeña habitación recuerdo hizo acto de presencia en otros sueños.
Hablaba con preocupación del suceso de los cazas y un joven me decía que había presenciado como un avión de gran tamaño había sido abatido. Se mostraba sorprendido pues, en las noticias, el avión abatido no parecía tan grande. Yo apuntaba que también había presenciado el incidente de los cazas, y posiblemente también el de esta nueva aeronave abatida de gran envergadura.
Conducía un todoterreno viejo que no había pasado la inspección técnica hacía varios años y le recomendaba a mi padre pasarla. Como teníamos muchos coches no era urgente pero mi padre, en aquella ocasión, parecía no querer pronunciarse sobre la cuestión, misteriosamente.
En el bar donde hablábamos del incidente de los cazas, me peleaba con un amigo de mi novia.
Pensaba que sería útil que en los pasos de cebra los peatones los atravesaran con un cordel o una amplia tela de color rojo para evitar que los atropellasen. Crucé tarde un paso de cebra y un coche, también rojo, me atropelló.
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