Soñé que asistía a una clase con el rey Felipe VI como compañero. Parecía que nuestra relación era buena, pero quedaba patente que perderíamos el contacto a causa de que a Felipe no le iban a dejar influenciarse por mis ideas poco monárquicas. No, definitivamente yo no era el colega adecuado para Felipe. Sentí un poco de decepción por perder un amigo, al tiempo que adivinaba todo aquel futuro con lógica y resignación.
En algún momento del sueño estuve conduciendo por unos parajes que eran una suerte entre Galicia y Granadilla (Cáceres). Se trataba de barrios residenciales en construcción, próximos a una costa rocosa.
Un hombre vasco se quejaba de que la cosecha de caracoles de aquel año iba a ser mala, en parte debido a que habían plantado muchos pinos ecológicos en el monte y estos no daban suficientes piñas. Era como si se avecinara un futuro climático bastante grave y comprometido y nadie estuviera haciendo lo suficiente por evitarlo.Todo lo más, las medidas ecológicas adoptadas se revelaban como contraproducentes.
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