Recientemente realicé un viaje a Santander en compañía de
mi novia y unos amigos. Quizás con el propósito de ambientar nuestras andanzas
por el Parque de la Naturaleza de Cabárceno, nuestro disc-jockey
residente acostumbraba a pinchar la banda sonora de Jurassic Park.
De hábitos nocturnos, no puedo definirme como una persona a la que los horarios matinales sienten precisamente de maravilla. Y es que, temprano, me cuesta más de lo normal interactuar socialmente, tratar de desayunar o incluso llevar a cabo tareas mundanas con un cien por cien de efectividad, cordialidad o ganas.
En este marco ya de por sí deplorable, tras la mentada y
acostumbrada audición de Jurassic Park, el altavoz bluetooth de nuestro disc-jockey
despidió cuatro notas que bien
podrían ser el inicio del estándar de jazz Autumn Leaves, pero eran en realidad, otra cosa:
The Batman Theme, de Danny Elfman, publicada
como banda sonora allá por el 1989.
Un motivo
prácticamente calcado de lo que bauticé orgulloso como el motivo del dragón en el álbum Fafnir de la
Orquesta Arrecife en 2017. Fusilamiento totalmente involuntario. Como Froilán, debí
dispararme en un pie. Debería alegar que me he equivocado y no volverá a suceder.
En el momento de su recomposición, la consideré una idea fabulosa y recuerdo irla vistiendo y desvistiendo, admirando aquella conmovedora estructura, incapaz de relacionarla con el original, pero... como ya aconteciera a Paul McCartney con su querido Yesterday (la canción más versionada del mundo, por cierto), el hallazgo lucía tan valioso que se antojaba imposible que aquel número de lotería no hubiera tocado ya en otro sorteo.
A pesar de que Yesterday se vinculase posteriormente con el Bésame mucho de Consuelo Velázquez, predomina cierto consenso sobre que hablamos de cosas distintas, de primos lejanos.
En el caso
que nos ocupa, las ideas de The Batman Theme y el infausto motivo del dragón, por desgracia, al margen de
su desarrollo, instrumentación, contexto y demás, son hermanas gemelas.
Si algo bueno se desprende del hecho de que prácticamente nadie haya escuchado el álbum Fafnir es que a nadie le ha dado tiempo a señalar esta coincidencia.
Aprovecho pues, para hacer fe de errores y profesar mi admiración por Elfman, de quien, dicho sea de paso, he tomado algún que otro préstamo de manera consciente esta vez, pero eso ya es carne de otro apartado.
Nota: Curioseando sobre el origen de The Batman Theme he averiguado que su autor pudo concebirla aislándose en el aseo de un avión. Vaya momento para un apretón y menudo desahogo que debió suponer. Autumn Leaves, flotando con otros despojos no tan interesantes a 42.000 pies de altura.
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