Después de miles de notas grabadas, llamadas y correos, actualizaciones y promoción a escala autoproducida, con un contrato en camino y otro álbum finalizado, con pocas horas de sueño y presión en el pecho, sentimos que hemos hecho lo posible y parte de lo imposible por un sueño que empezó un 10 de mayo. Ese sueño (a veces pesadilla) no ha acabado aún y en él todos los días son iguales o parecidos. Pocas escuchas, pocas reseñas, pocas noticias, poco dinero.
Pero no es de recibo rendirse a pesar de los discursos desalentadores, a pesar de las promesas incumplidas, a pesar de los muchos errores y el esfuerzo volcado hacia la nada.
Hoy la orquesta se ha despedido de uno de sus colaboradores más activos y eso duele más que toda la miseria musical junta. Hoy es un día triste, sí, muy triste. Demasiado, y además nieva. Perdemos mucho de lo poco que tenemos y ya nada será igual. Gracias infinitas a quien ha estado en nuestro camino, compartiendo momentos, ofreciéndonos más de lo que se puede pedir. Suerte y lo mejor del mundo en los nuevos caminos, en los nuevos destinos, en las nuevas moradas.
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