Anoche soñé que jugaba una partida de tenis contra mi padre. Comenzaba por usar un pesado bate de madera en vez de una raqueta, pero no acertaba demasiado. Posteriormente, busqué en una bolsa de deporte una raqueta apropiada, y cogí una que tuve que ensamblar y se mostraba nueva, a estrenar. Tampoco, con la nueva raqueta, prosperaba demasiado pues esta, además de desmontarse, podría ser de bádminton, de ahí los efectos exagerados que le daba a la bola.
Lanzaba pelotas y, en ocasiones, otra serie de objetos como pistachos y cáscaras de pistachos que apenas llegaba a ver. En una ocasión, salté tan alto que fui saliéndome de la pista. - ¡Vaya apoyo! - exclamó mi hermano o un amigo de mi hermano, que también jugaba al tenis.
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