El profesor Bernardino Prieto encargó a Émily y a Bliss la copia de un dibujo en miniatura, que se escaló a bastante tamaño. Corría el año 1998, más o menos.
23 años después, nos acercamos al instituto Ignacio Ellacuría con nuestras mascarillas. Las ventanas estaban abiertas y podía verse a los alumnos en clase. Una conserje que llevaba trabajando allí 28 años -según aseguró- nos llevó hasta el cuadro y nos dijo que muchos otros cuadros habían desaparecido. Por fortuna, el genuino Émily-Bliss se conserva en buen estado, con algunos desconchones en el centro, eso sí.
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