25 de febrero de 2018

La parábola del pescador


Los músicos tenemos la mala costumbre de comer todos los días. Cuando la gente me pregunta ¿a qué te dedicas?, ¿de qué vives? etc... no faltan las buenas intenciones ni los buenos consejos para tratar de solucionar lo que a ellos les parece un verdadero problema. Todos los consejos podrían resumirse en uno solo: búscate un trabajo de verdad y si tanto te gusta la música, dedícate a ella los domingos. 

Entiendo la perspectiva de la gente que trabaja asqueada de lunes a sábado y el domingo agarra su sombrilla, su nevera color azul y lanza su caña al embalse. Ellos son felices así y piensan que yo debo seguir su modelo. Es lógico, respetable y no albergan ninguna mala intención.
Pero si eres un músico de fin de semana lo más probable es que te lo pases muy bien pescando, pero no vas a cenar con lo que pesques a no ser que tengas una suerte desmedida. Cenarás de los frutos de tu trabajo normal de lunes a sábado, en todo caso. Si quieres vivir de la pesca necesitas un barco, unas redes y salir a alta mar para pasarte allí días y noches. La pesca no es un negocio muy lucrativo y quizá en alta mar no encuentres peces o simplemente te vuelvas loco. 

Al final de tu vida puedes haber tenido cien Rolls Royce o haber compuesto cincuenta mil músicas. Ni los Rolls ni las músicas te los vas a llevar contigo allá donde vayas. Habrá gente que disfrute trabajando para pagarse sus Rolls y gente que haya disfrutado componiendo su música. Ese es el hecho, eso es lo que has vivido y nadie te va a quitar. Haz lo que te haga feliz, persigue tu sueño y traza tu camino porque al final el destino te alcanzará seas quien seas, tengas lo que tengas o estés con quien estés. Vive esta vida intensamente pues, según parece, no hay otra.

Reflexión a cargo de Baloo Perder Pan.

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